Neumáticos para:
Por tu seguridad, tu comodidad y la longevidad de los neumáticos, es importante que compruebes la presión de los neumáticos regularmente. Tanto los neumáticos inflados en exceso como los que no están suficientemente inflados pueden afectar a la conducción y al consumo de combustible.
Sí. Esto es bastante común cuando hay grandes diferencias de temperatura entre el día y la noche. Cuando el aire de los neumáticos está caliente, se expande y aumenta la presión. Cuando el aire se enfría y se contrae, la presión disminuye. El aire también puede expandirse cuando conduces a gran velocidad durante mucho tiempo.
Los neumáticos están diseñados para proporcionar un contacto óptimo con la superficie de la carretera con una PSI (libra por pulgada cuadrada) determinada.
Si los neumáticos tienen demasiada presión, el contacto de la goma con la carretera será menor, lo que afectará a tu seguridad, al kilometraje y al rendimiento. Los neumáticos se desgastarán de manera desigual y será peligroso que conduzcas con ellos.
Por el contrario, si los neumáticos tienen poca presión, aumentará la resistencia a la rodadura del vehículo, aumentando el consumo de combustible. También afectará a tu control del vehículo, tendrás más posibilidades de sufrir un pinchazo, aumentará la distancia de frenado y el riesgo de patinar.
Cómo afecta a la adherencia un neumático poco inflado o inflado en exceso
Encontrarás la presión correcta de los neumáticos (medida en PSI o en BARES de presión) en el manual del fabricante del vehículo. También tendrás una pegatina en la parte interior de la puerta del conductor. Si no la encuentras de ninguna de las dos formas, puedes buscar en Internet introduciendo la matrícula del coche en alguna herramienta de búsqueda online.
Te recomendamos que compruebes la presión de lo neumáticos cada dos semanas y antes y después de un viaje largo. Algunos vehículos disponen de un testigo en el salpicadero que avisa cuando la presión de los neumáticos está baja.
Es mejor revisar la presión de los neumáticos cuando están fríos, esto es, bien a primera hora de la mañana o cuando el coche haya estado parado durante al menos dos horas. No obstante, si se enciende el testigo de advertencia de la presión de los neumáticos, o has notado que algún neumático está bajo, es importante que lo mires cuanto antes.
Puedes comprar un manómetro y una bomba para comprobar la presión tú mismo o utilizar los manómetros con inflador de alta calidad que suele haber en casi todas las gasolineras. Si los neumáticos están calientes (has conducido 15 minutos o más, o han estado expuestos al sol), recomendamos añadir 0,3 bar a la presión recomendada y más tarde, volver a comprobar la presión cuando los neumáticos estén fríos.
